lunes, 19 de octubre de 2009

Miedo virtual


Volviendo a las andadas busco esta vez plasmar ese miedo que se ha puesto de moda entre mis neuronas. Como son pocas las que tengo en mi poder -pocas las que no han sido infectadas- he decidido narrar con detalles lo que me perturba, quizás así de con la solución entre lineas o tal vez alguien bondadoso se apiade de mi y venga a socorrerme.

-'Soy adicta a Internet'
Creo que es un paso admitirlo y es que mis reacciones son más que obvias: suelo quedarme hasta muy tarde conectada, oigo quejas a mi alrededor por el simple hecho de estar sentada delante de la pantalla, puedo llegar a sentirme enfadada o irritable cuando no emano las radiaciones que el ordenador me proporciona, me siento eufórica cuando domino tal aparato, me pone de mal humor el que me molesten mientras estoy en linea y no me gusta decir cuanto tiempo he consumido mintiendo en la respuesta he que de dar.

Aunque motivos hay más que de sobra para afirmar que lo soy, no soy realmente adicta a Internet, mi adicción es hacia cierta persona en especial y se que cuando mi rumbo cambie desapareceré larga pero no eternamente de mi reino; Pero el ser adicta no es el problema ni mi miedo, el miedo es hacia ese 'cambio de rumbo'

Me cuesta relacionarme fuera de la pantalla y mi capacidad de reacción no es tan rápida como aparenta, no soy ingeniosa ni soy espontánea, afuera tal vez no sea quien todos conocen, no se defenderme, soy hermana del silencio, soy la que tiene la respuesta exacta pero no doy con ella hasta que el problema es agua pasada, no encuentro el valor para reaccionar violentamente, el sentimiento de culpa me puede y la necesidad de analizar los pros y los contras de la reacción que he de tener hace que me diga 'mañana me revelo' y 'mañana' no tengo realmente motivos para hacerlo y por lo tanto abandono. Porque allí fuera no dispongo de ese tiempo para pensar, para cambiar o para borrar aquello que no concuerda, no tengo la escusa de que se ha quedado colapsado cuando necesito más tiempo para dar con la frase idónea, con eso que todos esperan oír, por eso tengo miedo, miedo a ser infantil, a equivocarme, a hacer el ridículo, a ser humana, a no ser lo que ella espera, eso me aterra. ¿Y si resulta que no es lo mismo, que no se siente igual, que en realidad toda nuestra esencia y esa magia que experimentamos son meros efectos especiales, que no es como esperábamos? Afuera el poder de la narración no existe, no se puede detallar ni acomodar cada caricia a placer para estimular la mente, afuera hay que saber hacerlo, saber sentir, transmitir y en eso estoy perdida. ¿Le gustarán mis labios al tenerlos cerca? ¿Se atreverá a besarlos al fin de cuentas? ¿Le gustará como lo hago? ¿Le gustarán mis ojos, mi piel, mis abrazos, mis caricias, mi olor, mi risa? ¿Fingiría que le agrada estar conmigo tras llevarse una disolución al ser testigo de mis actos? ¿Le apetecería volver? ¿Se quedará conmigo?