lunes, 16 de junio de 2008

IRA, DESESPERACIÓN, ODIO, INTENTO DE SUICIDIO, CORDURA


¿Cuánto tiempo? ya he perdido la cuenta, nunca pensé que me fuese a suceder algo como esto, de hecho, creo que nunca he pensado. ¿Por qué dolerá tanto?¿Por qué es tan difícil su ausencia? mi desesperación ha llegado a tal que... me he hecho daño... y mi conciencia la hace aparecer en mis sueños pero desgraciadamente lo dibuja como la realidad, me huye. Son muchos los días, las tardes, las noches. Las horas, los minutos, los segundos que deseo que vuelva, tan solo oír o leer la palabra ''hola'' acompañada de un abrazo, dicho, escrito o producido por ella. Una fecha no muy lejana a la actual me hizo recuperar la ilusión, estaría nada más que uno o dos días y no podía faltar a su encuentro. Cancelé todo plan que me surgía, lo tenía todo perfectamente planeado y una sonrisa de oreja a oreja. Nesecitaba decirlo así que conté lo que me esperaba a pocos y a tantos, no cabía de gozo en mi, el día me resultaría perfecto ya que a esto se le sumaba el final de los exámenes. Llegó la tarde, mi esperada hora, las cinco. El pulso me temblaba, los ojos me brillaban. Recibí un mensaje ''lo siento, no podrá estar'' El mundo se me vino ensima, todo se había ido a la mierda, estuve a punto de destrozar todo a mi alrededor pero resultaría demasiado obvio que algo me sucedía y tendría que dar explicaciones, contar mi valioso secreto y perderlo ''todo''. No estaba sola, intenté serenarme, no mostrar ninguna conducta extraña, mi pulso seguía temblando y no lo podía parar, miré el reloj, nesecitaba escapar, gritar, desahogarme de la ira que me tenía atada. encontré la solución, el partido de fútbol que no había dado por cancelado definitivamente, no me importó no haber ido a entrenar el resto de la semana, pasé por ensima de mis principios y allí aparecí. Me comía por dentro, me sentía aislada, sola, a pesar de estar rodeada por todo el equipo en el vestuario. sonó mi móvil, me extrañé porque normalmente nadie me llama, contesté y salí ''tu hermana está aquí, echándome la bronca, ¿dónde estas? que vengas'' Ya no había mundo existente que pudiese hacerme sentir peor, ya solo quería la muerte. No podía huir, no tenía escusa ¿un ataque de ansiedad? ya presentaba todos los síntomas, solo me faltaba exagerarlos un poco pero no, mis padres estaban fuera y no me llevarían a casa, mucho menos si supiesen lo que quería. No me quedaba más remedio que aceptar mi error ''¿Por qué habré venido?¿por qué no me habré quedado en casa como dije?'' no salían de mi cabeza, intenté no llorar pero las lágrimas estuvieron listas para correr una nueva aventura recorriendo mi rostro los noventa minutos que duró el partido. No podía concentrarme y por ello estaba constantemente en el suelo, recibí numerosos golpes que me insensibilizaron, ya no sabía si seguía en el suelo o estaba de pie. Pitó el final. Perdimos para variar. Nuevamente pelea con mis padres por según ellos ''mi irresponsabilidad''. En casa me encerré en el baño y me eché a llorar, abrí la ducha para que el agua callase mi llanto y cogí la cuchilla. ''¿La mano? No, ¿El brazo? También ocupado'' Solo quedaba un lugar, no lo pensé demasiado tiempo, fue rápido ''zas'' ni la sentí, no fue ni profunda, volví a repetir ''zas'' tampoco, no superaba lo que me quemaba por dentro ''zas'' hubo una tercera. Las hubiese preferido más profundas pero mi pequeña arma es eso ''pequeña'' me tiré al suelo aun llorando, con el agua botándose y sangre en la muñeca. Empezaba a volverse odio lo que me envolvía ''que estúpida soy, ¿por qué no me habré dado cuenta antes? ya empiezo a ser un estorbo, he de alejarme'' junto a la vuelta del llanto mi posible cordura ''no puedo alejarme, la quiero, la amo, la extraño, le echo mucho de menos, alejarme sería realmente morir''. Si no tocan la puerta me olvido que ya estoy en la ducha. Salí y me encerré en mi habitación ''el lunes... como sea... el lunes... no me puede volver a pasar una tercera vez... el lunes... '' Dormí entre lágrimas y un mar de desesperación.