martes, 11 de marzo de 2008

EL COMIENZO


Quien lo iba a decir, yo delante de un ordenador nada mas y nada menos que expresando mis sentimientos, contando al mundo lo que me pasa. Antes también lo hacia, a mano y en una libreta que pasaba inadvertida entre los otros libros de mi estantería. Podría decirse que era mi diario secreto (mientras vivía en la ignorancia) pues descubrí que a esa libreta no solo tenia acceso yo sino que había una lectora anónima... mi madre ¿Que como lo descubrí? muy simple, ella misma se delató. Me cuesta mucho expresarme de viva voz, se me da mejor en el anonimato (como en estos momentos). Pues resulta que mi madre sabia muchas cosas sobre mi... cosas que no había contado a nadie... cosas... que solo había escrito en aquella libreta. Una tarde mi madre (la lectora anónima entrometida que se delato) me dice ''hace tiempo que ya no escribes en tu diario ¿que te pasa?'' me quede atónita tras aquellas palabras... ¿como sabia de la existencia de aquel diario?¿como podía saberlo si en él solo escribía a las tantas de la noche, encerrada en el baño, mientras todos los demás dormían? El caso es que destroce aquella libreta, arranque hoja por hoja, tache linea por linea pues habían comentarios muy comprometedores. Ahora vuelvo a las andadas, vuelvo a escribir mi autobiografía, vuelvo a contar lo mierda que es mi vida, solo que esta vez en un ordenador, en una pagina en donde mucha gente tiene fácil acceso pero bueno ¿que le voy a hacer? tengo que dasahogarme, gritarle al mundo que vivo marcada por la injusticia, bajo las leyes de unos padres muy conservadores, etiquetada y desgraciadamente bajo presión social, con miedo a sufrir pero he descubierto que ya sufro el temor, sin alas pues me las han cortado, obligandome a forjar un carácter introvertido, que me impide expresarme abiertamente, que me obliga a crear una armadura y decir que todo me resbala. Ser quien no soy. Busco la manera de escapar de este infierno, mi rebeldía va en aumento y mis notas académicas han bajado. Por suerte he encontrado a personitas que no me comparan con nadie, que siempre están ahí, prestándome su mano y regalándome una sonrisa. Personitas de las que todavía no daré nombres pero ellas saben quienes son. Llegando ya al final de este primer encuentro quiero darle las gracias a esas personitas, que sin ellas a saber donde estaría en este momento. Los quiero mucho y lo saben.